A ti, que tanto me cuidaste.
A ti, que tanto me quisiste.
A ti te dedico mis vivencias, mis emociones, te dedico mi vida. Porque con el paso del tiempo me di cuenta de lo que sacrificaste por mí, lo diste todo sin esperar nada a cambio, tan solo por amor.
A ti, te pido que levantes cabeza, mires por encima, y andes con decisión. Que mires atrás y veas el bien que hiciste, que mires adelante y veas el bien que harás. No pienses más en darme, piensa en lo que te doy. Porque lo mereces, porque llegó el momento de intercambiar papeles. Siempre estaré aquí por y para ti.
A ti, a la persona que mejor me conoce, que mejor me entiende.
Estas palabras son para ti, mamá.
viernes, 29 de mayo de 2009
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